24 de julio de 2007

Fao y Clem (Capitulo 11)

Mode:.:Disappointed:.
Escuchando:.:Avalanch - No more damage:.

Hola lectores!! he vuelto el domingo de los trabajos voluntarios y allá se me ha ocurrido una idea genial, pero por motivos de extensión (igual resulta ser una lata leer más de 9 páginas de una sola tirada frente al monitor), he decidido dejar éste capitulo hasta aquí y dejar el capitulo 12 exclusivamente para lo que viene.

ojalá que les guste... yo encontré que, a pesar de ser rápido en la acción, abanzó bastante poco en la trama de la historia. sé que suena contradictorio, pero esa fué mi percepción.

les recomiendo que lean los dos últimos párrafos del capitulo anterior para que se pongan en sintonía con el Capitulo 11. vale? ^^

bueno, como siempre, les pido que me avisen si encuentran errores de concordancia, cooreferencia y cosas que no sean ortografía ni gramatica, pues estoy al tanto de estos ultimos.

bueno, ya basta de palabrería. aplique lectura.

Enjoy! ^^


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Bhorad desató a Cuescos del árbol donde estaba amarrado y comenzó a tirar de las riendas. Los tres jóvenes los siguieron sin pronunciar palabra alguna. A medida que avanzaban por la calle principal, la gente le ofrecía trueques al ex guardia real. “Dos piernas de cerdo por la chica”, “dos corderos por el caballo”, “dos mantas por las ropas del chico” le decían al paso a Bhorad a medida que avanzaban, a lo que respondía “no” sin dejar de mirar hacia delante.

Siguieron así hasta que Bhorad dio un giro hacia la izquierda por una callejuela más estrecha aún y siguió caminando hasta llegar a una choza de madera con techo de paja.

¡Eh, niño! –Gritó Bhorad a un pequeño de no más de 8 veranos de edad que estaba jugando con unos palos. –Voy a dejar este caballo acá, si alguien se lo quiere llevar, me llamas. Si lo haces bien te hago una espada de madera. ¿Que me dices? –Ofreció Bhorad.

Está bien. –Respondió el niño extendiendo la mano. Bhorad cerró el trato estrechándola y luego desató el bulto del lomo de cuescos para entrar a la choza.

Entren. –Les dijo a los tres jóvenes.

Fao, Rot y Clem entraron temerosos. El interior tenía una distribución muy parecida a la casa de Garfem, solo que esta casa no tenía ventanas, ni camas, ni chimenea. Solo se veía en una esquina un montón de paja con algunas mantas encima, una fogata apagada al centro de la habitación con un hoyo en el techo justo sobre ella y un tronco cortado por la mitad a lo largo, apuntalado por estacas que se enterraban en el suelo para darle estabilidad, junto con dos bancas del mismo tamaño y de similar construcción.

Comienza a hablar Clem… -Dijo Bhorad abriendo el bulto que traían en el lomo de Cuescos.

Bien Bhorad, te contaré todo desde el principio, todo comenzó cuando estaba recolectando hongos en el bosque cercano a mi casa, cuando comencé a escuchar unos quejidos que venían desde el interior. Al principio no les di importancia, pero al escucharlos una y otra vez, terminé por llegar donde estaba Fao… –Comenzó a relatar Clem.

Fao… Así que tú nombre es Fao y no Liz… ya veo… –Dijo Bhorad apartando la comida de las demás cosas que había en el bulto. –Continúa, chico.

Clem relató la historia de todo lo que había pasado hasta el momento. Explicó que era lo que Fao llamaba “espíritus” y como los recolectaba. Relató cómo habían escapado de la Ciudad de Carmesí y le mostró la cicatriz que le había dejado la saeta en su espalda, mientras se refería a su visita a la casa del alquimista. Relató el encuentro con Casiél y el posterior altercado con Rotieg Caidare. Y así continuó hasta llegar a la reunión con Garfem que había tenido lugar hacía algunos minutos. Mientras Clem relataba su historia, reinaba el silencio en la boca de Fao y Rot.

Hay algo que todavía no entiendo Clem. ¿Por qué ayudas a un ser alado? ¿Por qué no la dejaste ahí cuando viste esas cicatrices en su espalda? ¿¡No te dijeron nunca acaso que los seres alados solo traen desgracia!? –Preguntó Bhorad aumentando la agresividad de su voz con cada pregunta. –Fui enjuiciado, sentenciado a veinte inviernos de cárcel bajo el cargo de traición, interrogado y torturado por ese tal Casiél del que hablaste, ¡¡quien me preguntaba por el ser alado que yo no conocía!! ¡¡Dime si ese monstruo te ha traído al menos una satisfacción!! Los seres alados sólo traen desgracia y las pruebas están en tu espalda y en la mía… -Sentenció Bhorad mientras se quitaba la ropa del torso para mostrar una espalda con yagas aún abiertas por los látigos hacía algunos días. –Gracias a un amigo logré escapar de ese lugar. Agradece que eras Hermano de Thane, a quien juré proteger a su familia antes de irse a la batalla, ¡¡si no estarías muerto en este momento!! –Gritó con una rabia incontenible en los ojos, mientras se volteaba hacia Clem.

Mientras Bhorad escupía palabras sobre la cara atónita de Clem, Fao se posicionó detrás del ex guardia real y puso sus manos a una distancia bastante estrecha de su espalda.

No se mueva señor Bhorad. –Dijo Fao mientras comenzaba a aparecer un tenue brillo entre sus manos y la espalda del soldado. Este último sintió un leve calor en su espalda y se dio por perdido mientras cerraba los ojos esperando su muerte. El brillo comenzó a incrementar. Al darse cuenta Bhorad de que tenía tiempo para reaccionar, se volteó y dio un golpe de revés con toda su fuerza en la mejilla de Fao, quien cayó de costado y rodó por el suelo. Al momento, Bhorad colocó su pié sobre el cuello de Fao.

Lo sabía… Este demonio viene a matarnos, igual que los que vinieron hace años y mataron a centenares. –Dijo el enfurecido Bhorad mirando a Fao con odio.

¡Ignis!… –Gritó Rotieg, el chico estaba apuntado a Bhorad con el dedo índice y, frente a éste, flotaba una esfera de fuego del tamaño de un puño. –Déjala. ¿No te has dado cuenta acaso de que ha curado las heridas de tu espalda? Aléjate de ella. Ahora te sentarás y escucharás lo que tengo que decirte.

Bhorad le hizo caso mirándolo fijamente a los ojos sintiendo unas ganas casi incontenibles de matarlo de la manera más dolorosa posible.

Esos seres alados que bajaron hace años eran seres corruptos, incluso corre el rumor de que eran controlados por el Señor de Dráerus. ¡No puedes juzgar a esta chica solo por ser lo que es! –Continuó Rot sin dejar de apuntarlo.

Escucha bien esto Bhorad… –Dijo Clem ayudando a Fao a levantarse. –Fao es un Ser Alado, y es verdad, hace años aparecieron dos seres alados y produjeron una de las mayores masacres de la historia, pero eso no significa que Fao vaya a hacer lo mismo. No es normal en los seres alados producir desgracia intencionalmente. Conozco a Fao lo suficiente como para asegurar que ella no haría daño, como le dije a Garfem, aunque fuese necesario.

Y cómo puedo estar yo seguro de eso?? –Preguntó Bhorad

No tengo manera de comprobarlo, señor Bhorad… Le pido que nos crea, pues le puedo jurar por mis ancestros que lo que dicen Clem y Rot es la verdad. –Dijo Fao incorporándose y dejando a Clem atrás mientras caminaba hacia el asustado y enrabiado Bhorad. –Déjeme terminar de curar sus heridas como muestra de paz, por favor.

Fao se puso nuevamente tras Bhorad e impuso sus manos sobre su espalda. El brillo volvió a aparecer y Bhorad dejó de sentir dolor a medida que sus heridas desaparecían sin dejar rastro alguno.

Por que haces esto?? –Preguntó confundido el desterrado guardia real mientras la esfera de fuego se desvanecía en el aire y Rot bajaba su mano.

No lo haría acaso Usted si alguien hubiese sido torturado injustamente por su culpa? –Preguntó Fao colocandose junto a Él y ofreciéndole una sonrisa.

Espero que no me estés engañando, de lo contrario, estamos todos condenados… y será por tu culpa, Clem. –Sentenció Bhorad dirigiendo a Clem una mirada amenazante. –Y bien, cual es su plan?? Como bien me dijeron hace algún rato, no tienen pensado quedarse en la ciudad de las mentiras por el resto de sus vidas, cierto??

Así es… queremos pasar a Dráerus para encontrar a Crípides, un sabio que puede ayudar a Fao a volver a la ciudad sobre las nubes. –Respondió Clem tomando asiento.

JAJAJA!!! Tu si que estás loco… primero ayudas a un ser alado sabiendo lo que habían hecho hacía años, y ahora me dices que eres capaz de entrar al reino de Dráerus por ella? –Dijo Bhorad en tono burlesco.

Ignis… –Dijo la calmada voz de Rotieg. El chiquillo estaba hincado frente a un montón de leña en el centro de la choza. Una línea de fuego iba desde su dedo índice hasta la ruma, encendiéndola desde la base. –Prepararé una sopa con la carne seca que traíamos… ya verán que quedará buenísima.

Jajaja… No creo que quede muy buena… no tienes ingredientes aquí como para hacer algo de sabor decente, y dudo que si sales a buscar los encuentres. –Dijo Bhorad. –Pero de todos modos no la rechazaré, pues es lo único que hay para comer.

Ah si?? Mira esto… Prima capsa… -Dijo el joven mago mientras estiraba su brazo izquierdo con la palma de la mano apuntando hacia el suelo. Apenas dijo eso, un pequeño espiral de niebla, humo atraído desde la fogata y brillos que aparecieron de la nada, comenzó a girar bajo su mano, el que, luego de dispersarse con la misma facilidad con la que apareció, dejó a la vista un cofre de madera sin bisagras ni ranura alguna por donde abrirlo. –Ostendo contineo! –Dijo luego, tocando el borde del cofre con el dedo índice y sobre una de las paredes de la caja apareció gradualmente una ranura que la rodeó. Luego de esto, la parte superior de la caja se levantó y se movió hacia atrás para caer posteriormente al suelo. Del interior salía un vapor que caía luego al suelo disipándose un momento después de caer. –Amplificatum caloris! –Dijo el mago apuntando con el índice la caja. Al momento, la niebla que salía del interior del cofre se disipó formando un circulo alrededor del dedo de Rotieg.

Cuando Bhorad vio el contenido de la caja, quedó atónito. Estaba llena de verduras y frutas en perfecto estado. Clem miró igual de perplejo el contenido del cofre mientras Rot dejaba flotando el caldero con agua sobre las llamas. El Joven mago tomó algunas verduras y se dirigió hacia una mesa donde había un cuchillo clavado. Las dejó en fila y comenzó a rebanar un morrón. –Pergo! –Dijo Rot y soltó el cuchillo. Éste siguió rebanando y cuando terminó con el morrón, la fila avanzó comenzando a rebanarse una zanahoria. Los otros tres no tenían palabra alguna. Bhorad tomaba una naranja que había dentro del cofre y sintió lo fría que estaba. Al mismo tiempo, Clem y Fao miraban cómo el cuchillo subía y bajaba una y otra vez hasta terminar con la segunda cebolla y dejaba los trozos picados a un costado junto con las demás verduras. Mientras, Rotieg cortaba trozos de carne seca con las manos y los iba dejando a un lado para hacer luego la sopa.

Es increíble lo que puedes llegar a hacer cuando sabes usar el hechizo correcto en el momento adecuado, no lo creen? –Dijo Rotieg pavoneándose de su magia.

Una vez lista la comida, comieron mientras Bhorad interrogaba a Rot sobre los secretos de la magia y de cómo podría él aprender hechizos, a lo Rotieg respondía incesantemente “no es algo que se aprenda en un solo día… debes estudiar mucho los secretos de los antiguos textos y aprender a manejarlos con precisión y cautela…”

Una vez terminada la “abundante” cena, los tres jóvenes y el ex guardia real se acomodaron para dormir, había sido un día extenuante y estaban cansadísimos.


Los cuatro despertaron con el alboroto que se oía a lo lejos. Eran normales las peleas en la calle principal de la ciudad de las mentiras, alentadas siempre por un círculo de espectadores que se formaba siempre alrededor de éstas, pero esta vez era distinto. Esta vez el ruido era mayor que el de siempre. Bhorad se levantó de un salto.

Arriba chicos. –Dijo Bhorad mientras se colocaba sobre los hombros la capa con capucha que había usado el día anterior y se colgaba su espada a la cintura. –Este alboroto no es normal, y si hay un alboroto así, es porque algo importante está pasando.

Fao, Clem y Rot se levantaron también de sobresalto. El bullicio que había antes se había transformado en un escándalo en el que, de seguro, estaba metido todo el pueblo.

Clem se levantó, colgó su daga a la cintura mientras Fao se dedicaba a mirar sin entender mucho. Rot se puso en pié también y se colocó su túnica sobre la arrugada camisa que andaba trayendo.

Salieron de la choza, voltearon hacia la derecha y lo primero que vieron fue gente caminando a paso apresurado en dirección de la entrada del pueblo. Caminaron hacia la avenida principal y se unieron a la marcha. Fue entonces cuando Bhorad se dio cuenta de lo que estaba pasando.

Es una asamblea general. –Explicó Bhorad a los tres chicos. –Una reunión que suelen hacer cuando hay que tomar alguna decisión que compete a todo el pueblo… tiene que ser algo muy importante para que Garfem organice este tipo de audiencia… será mejor avanzar lo más posible para poder escuchar bien lo que tiene que decir. –Concluyó comenzando a caminar por entremedio de la multitud. Fao, Clem y Rotieg le siguieron.

Cuando iban llegando al principio de la aglomeración, notaron que alguien se subía al pozo cubierto por unas tablas que hacía las veces de escenario. Era Garfem quien había subido y ahora pedía silencio a la multitud.

Compañeros rechazados por la sociedad… -Comenzó Garfem con su discurso. –Sé que estáis cansados de sentir hambre, frío y miedo. Es por eso que hoy me dirijo a ustedes para mostrarles un camino, una oportunidad que se nos ha entregado para poder satisfacer nuestra sed de venganza y ese hambre que nos tiene casi destruidos.

De un momento a otro, el pueblo calló frente a la imponencia y autoridad de Garfem y su voz grave.

Ayer me he enterado de que hay una legión completa de de guardias reales esperando emboscar a un ser alado en el paso de Láguerin. –Continuó el gran jefe de la ciudad de las mentiras, mientras Fao se escondía tras Clem, mientras entre la gente crecía un rumor nervioso. –Hoy, tenemos la oportunidad única de tomarlos por sorpresa, robarles sus abundantes reservas de comida y apoderarnos de sus armas!!...

Estás loco!! Si quieren emboscar a un ser alado deben de ser al menos cincuenta hombres bien armados y listos para la batalla. –Dijo unos de los asistentes desde el anonimato que le brindaba la multitud. –No hay manera alguna de que podamos vencerlos en campo abierto! –Concluyó el hombre.

Dile a tu pueblo Cano, por que estás aquí? –Preguntó Garfem identificando a quien había hablado.

Por entrar a robar a una casa en Ciudad de Carmesí. –Respondió Cano. Era un hombre de estatura baja. Vestía ropas tejidas en telar y un paño sujetado por una cuerda, la que rodeaba su cabeza.

Pues Justamente es eso mismo lo que haremos. –Dijo Garfem explicándose.

Y crees que no se alertarán?? Crees acaso que no se defenderán al saber que están siendo atacados por ladrones? –Gritó otro hombre desde la multitud con la voz algo forzada. –Como esperas que libremos una batalla contra, al menos, cincuenta o cien soldados entrenados?.

Muy buena pregunta anciano!! –Respondió Garfem. –Nuestra arma secreta se encuentra justamente entre ustedes en este momento.

Un murmullo se extendió nuevamente por entre la multitud. Todos se miraban las caras y levantaban los hombros sin entender muy bien lo que Garfem quería decir.

Kah!... Traela!. –Gritó Garfem al hombre que el día anterior había sido derrotado por Bhorad.

El rufián se acercó a los jóvenes y arrancó de un tirón a Fao de su lugar.

Quien gana ahora?... eh, heroe? –Dijo Kah burlándose de Bhorad. Clem intentó abalanzarse sobre él, pero Bhorad lo tomó del brazo mientras Kah llevaba a Fao contra su voluntad y a tirónes hacia el cubierto pozo.

Ese tipo te mataría antes de que siquiera pienses en desenfundar tu daga. –Dijo Bhorad soltando a Clem. –Despreocúpate, no la van a matar. Si quisieran hacer eso, lo hubiesen hecho anoche, o bien, hoy al amanecer.

Las miradas de toda la multitud se dirigieron hacia Fao y Kah. Nadie entendía lo que estaba pasando. Kah dejó a Fao sobre el estrado y Garfem continuó con su discurso.

Este, señores –Dijo Garfem apuntando con un dedo a Fao mientras ésta miraba el suelo con las manos empuñadas. –Es el poder más grande y destructivo que han conocido alguna vez los mortales. No se confundan por su dulce cara!! Ella, compañeros, es un ser alado!...

Cuando Garfem terminó de decir esas palabras, la audiencia se intranquilizó. La mayoría comenzó a caminar lentamente hacia atrás mientras la cara de pavor comenzaba a reinar en la mayoría de los asistentes.

Fao miró a Clem. Sentía vergüenza y desesperación, mientras que a Clem lo inundaba una rabia casi incontenible al ver cómo Fao era mirada como un arma y como un peligro para la gente.

Señor Garfem, yo no quiero matar gente… –Dijo Fao en voz baja.

Y no será necesario que lo hagas… –Dijo Garfem levantando ambos brazos demandando silencio, sin mirar a Fao. –No necesito un favor de un ser alado. Solo necesito la confianza que inspira en la gente el tener tal poder en nuestras manos.

Fao miró a Clem. Él le devolvió la mirada asintiendo con la cabeza. Fue entonces cuando Fao bajó la cabeza para mirar hacia el suelo con resignación. De un momento a otro, un grán brillo salió desde dentro de sus ropas, mientras que éstas se comenzaban a inflar en la espalda para dejar salir luego, por las ranuras que tenían en la parte posterior, las dos alas Brillantes de Fao. La gente se estremeció y la multitud comenzó a caminar hacia atrás, ya de una manera poco sutil.

Que nos muestre su poder!! –Gritó alguien desde la multitud.

Si!! Queremos ver de que es capaz! –Gritó otro sujeto desde muy cerca de Rot.

Clem alcanzó a leer los labios de Fao mientras levantaba su brazo derecho dejándolo en posición horizontal. “Discúlpame, pero es necesario que lo haga…”. Fue lo que Clem alcanzó a percibir desde donde estaba. Al momento, una esfera de lanz apareció bajo la palma de su mano. Con un movimiento de su muñeca, Fao lanzó la esfera hacia un gigantesco árbol, el cual estaba cerca de la valla de madera que rodeaba la ciudad. La esfera desapareció al chocar con el tronco del árbol, mientras el silencio y la expectación reinaban en la ciudad de las mentiras. Fao empuñó su mano derecha de manera violenta, mientras desde el árbol salía un sonido sordo, como si dejaran caer una roca enorme sobre otra. Luego, giró su Brazo hasta dejar su codo apuntando hacia el suelo mientras el árbol crujía como si lo estuviesen moliendo desde dentro. Fao seguía sin levantar la cara, pero Clem y Bhorad se percataron de que una lágrima rodaba hasta llegar a la punta de su nariz. Fao apretó los parpados, la lágrima cayó, su mano se abrió rapidamente, mientras el árbol estallaba en millones de astillas, no más grandes que un dedo, que cayeron sobre un público atónito frente a lo que veía. Muchas personas se agacharon para protegerse de los trozos de madera que caían desde el cielo, otros corrían despavoridos mientras gritaban, pero la gran mayoría lanzó un grito de júbilo al unísono mientras levantaban la mano empuñada sobre sus cabezas.

Este poder, compañeros, está ahora en posesión nuestra. –Gritó Garfem apuntando los molidos restos del árbol. –Somos más de cien luchadores y un ser alado contra no más de sesenta hombres del castillo. No tenemos como perder! Vamos a tener al fin nuestra venganza, nuevas armas, nuevas ropas, víveres y, tal vez, algo de oro y plata… –Prosiguió el enorme jefe bajándose del estrado y paseándose de un lado a otro, atrayendo la atención de todos los asistentes. –… y poder pagar a un curandero para que venga a sanar a los enfermos… y muchas cosas más!!

Fao lloraba con la cabeza baja, parada todavía sobre las tablas. Clem se separó de Rot y Bhorad para ir a buscarla. Mientras, Fao bajaba del improvisado escenario con los brazos colgando, al mismo tiempo que sus alas se retraían brillando nuevamente hasta desaparecer en su espalda.

Cuando Clem llegó al borde del Pozo, Fao lo abrazó y comenzó a sollozar en su pecho, mientras Garfem terminaba su discurso.

Hoy al anochecer, cuando piensen que la obscuridad los cobija… –Explicaba Garfem adentrándose en la multitud y girando lentamente al centro del círculo que formaban en torno a él. –Los atacaremos y los despojaremos de todo… Tal como ellos hicieron con nosotros!!... vayan a sus casas, saquen filo a sus armas, coman todo lo que les queda, junten todo su valor y prepárense, pues hoy recuperaremos lo que algún día perdimos!!! Es hoy nuestra oportunidad!! Hoy, bajo el manto de la noche, BRINDAREMOS CON SANGRE!!- Concluyó gritando mientras levantaba su puño, el cual sobresalía notoriamente sobre el resto de los aldeanos.

La multutúd gritó levantando también su puño y se disipó como por arte de magia. Todos corrieron a sus chozas y Garfem se replegó caminando, seguido por Kah y otros dos tipos, a la casa donde habían estado la tarde anterior. Cuando pasaron por el lado de Fao y Clem, el gigante aminoró la velocidad.

Más te vale que nos ayudes, si no, tus amigos están muertos. –Amenazó Garfem sin quitar la vista del frente. Luego, volvió a encaminarse a paso veloz hacia su casa junto con sus escoltas.

Los únicos que quedaban en la calle eran Clem, Fao, Rot y Bhorad. Este último tomó del hombro a Rot, éste miró hacia atrás y el ex guardia le hizo una señal con la cabeza que claramente decía “Vamonos de aquí”. Rot le hizo caso y se dirigieron hacia la choza donde vivía Bhorad.

Lo maté Clem… Lo maté. –Decía Fao llorando en el pecho de Clem. –Me rogó que no lo hiciera, pero no me quedaba más alternativa…

El chico la apretó contra su pecho mientras Fao lloraba y apretaba la ropa de Clem.

No tenías más alternativa Fao… -Dijo Clem tratando de calmarla.

La gente de acá tiene sus almas sucias… sienten temor, están tristes, guardan ira y rencor en sus corazones… –Lloraba Fao en el pecho de Clem. –Ya no quiero estar aquí.

Guarda tus energías Fao, aún falta lo más difícil… y eso será ésta noche. –Dijo Clem mientras acariciaba la cabeza de Fao. –Mientras esa gente lucha, nosotros aprovecharemos de pasar a Dráerus.

Clem, yo no quiero que la gente muera por mi culpa… -Dijo Fao separándose del chico y mirándolo a los ojos. –Estoy dispuesta quedarme aquí cuidando a la gente. Tú no tienes ninguna obligación de acompañarme… Di que me mataste y vuelve a tu hogar!

Jamás!! –Gritó Clem a Fao. –Te prometí llevarte sana y a salvo hasta donde ese tal Crípides y eso es lo que haré.

Fao lo abrazó y siguió llorando. Y así se quedaron durante un buen rato.


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Las imágenes se las debo... la verdad es que son las 5:46 am y tengo mucho sueño como para ponerme a buscarlas ahora... otro día prometo encontrar las precisas y colocarlas donde deberían ir.

jajaja... "HOY BRINDAREMOS CON SANGRE!!" me sonó a "TONIGHT, WE DINE... IN HELL!!" la dura que se imaginó a leónidas hablandole a su ejercito. XD!

el proximo capitulo se viene con todo... voy a tratar de escribirlo antes de terminar con las vacaciónes (entro el miercoles 1/08/07), para que no se queden colgados por mucho tiempo.

recuerden avisarme si ven errores, capicci?

Saludos a todos... antiguos y recientes.

Keep on reading... chap 12 is gonna be aaawesome!...

See ya

Lothar_Daisuke

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Uhhhh...

La historia esta que arde... ta demasiado buenisima, el capitulo 12 se viene y con todo, es toda la accion!!! Se brindará kn Sangre XD!!! ese dicho esta la raja... kn un tono sarcástico pero bkn!!!... da pie pa pensar que se viene muy wena el resto d la historia...

Me surgen muxas preguntas, pero no vale la pena hacerlas, prefiero esperar a que publiques el capitulo 12 XD...

Lo que más me llamo la atención de este capítulo, fue el uso del poder de Fao frente a muxas personas y la luxa interna que tuvo antes d destruir ese arból... si eso fue asi ahora... que es lo que irá pasar más adelante?... nose, la historia esta impredecible... solo basta esperar...

see u later!!! XD

0sk@r¡ñ0

Anónimo dijo...

puta pendejo k hay escrito harto ¬¬
y yo con tantas weas pa leer nuh puedo leer lo k kisiera leer :(

la prox semana me pongo al dia jeje saludosssssssssss!!
*kisses*

Narkito dijo...

Líneas favoritas:

Es increíble lo que puedes llegar a hacer cuando sabes usar el hechizo correcto en el momento adecuado, no lo creen?

Esta noche brindamos con sangre!!

Wow!! Por fin tuve tiempo de leer y cool, cool, cool, cool!

Me dio mucha rabia por Fao cuando tuvo que matar a ese pobre arbolito, no me imagino qué irá a suceder cuando se enfrenten a la guardia. Esto se pone bueno ;)

Cariños amigo, que te vaya bien, a ver si mi bloqueo mental se pasa y puedo actualizar Korsakov que lo tengo más que botado.

Narkito.

Dere dijo...

Holas !!
si lo lei ^^
mas valte tarde k nunca :D!
aahhh me encantó! k keri k te diga :D!.
A Medida k iba leyendo me recordaba a tantas peliculas y libros que he leidoo...ahhh fue maravillosa esa sensacion XD!!
tii =)
el capitulo 9 me recordo a cualquier episodio de los Power Rangers cuando salian los malos hablando de su maqueabelico plan XD..

yap! besitos nos tamos viendo =)

jaja termina el 12 po ¬¬!!


xaus! oe se me ocurrieron unas imagenes mas beias mientra iba leyendo.. xD sii le falta ese tipo d vida :)!!

abrazos!