12 de diciembre de 2006

Fao y Clem (Capitulo 2)

Mode:.:Inspirado:.
Escuchando:.:HIM - In love and lonely:.

Dedicado a una amiga que se encuentra muuuuy lejos...

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No puedo dejar a Fao aquí... y si la encuentran??? -Pensó Clem. -Dice que a los de su especie los odian simplemente por ser lo que son... bueno... no me queda más alternativa.

No... No te puedes quedar aquí... me dijiste que si te encuentran te encerrarán... no puedo dejar que algo así le pase a alguien. Sígueme -le dijo Clem con voz suave.

En serio puedo ir contigo?? Pero y si nos encuentran?? -Preguntó Fao preocupada. -A mi me encerrarán y a ti te reprenderán por ayudarme.

Ya encontraremos la forma... Si entramos por la puerta Sur...-Respondió Clem con la vista perdida.

Prometo no estorbar, y si necesitas mi ayuda te la daré... puedo recolectar espíritus para ti si quieres... -Dijo Fao como si fuese lo más normal del mundo

QUE???- Preguntó impresionado Clem. -Como es eso de recolectar espíritus???

Muy simple -respondió Fao. -Tienes que darte cuenta de donde están y luego simplemente las atraes y las guardas dentro de ti...

Claro… muy simple... -Dijo Clem en tono sarcástico mientras caminaban.

Caminaron durante aproximadamente una hora transitando por los senderos y los atajos que Clem ya había aprendido de memoria. Cuando llegaron a la aldea ya era de noche y Clem le pidió a Fao que se quedara un momento entre los árboles, mientras el encontraba algún lugar donde pudiera pasar la noche.

Al cabo de media hora regresó corriendo y la tomó fuertemente de la mano

Vamos... Rápido!! -Susurró.

Corrieron ocultándose entre cajas y fardos de paja hasta que llegaron a un establo en el patio de una casa que se promediaba con las demás. Ahí había una cama de paja con una manta encima.

Discúlpame Fao, pero es lo mejor que pude conseguir. -Dijo Clem mirando el suelo

No... Así está bien... muchas gracias!! -Respondió Fao. A Clem le impresionó que su huésped se mostrara tan agradecida con algo tan simple como una cama de paja y una manta de lana de cordero.
Cuando Clem entró a su casa, su madre le estaba esperando con cara de enojo.

En que estabas pensando Clem!!! No te has dado cuenta de la hora que es?? -Dijo su madre entre enojada y aliviada. - Si los soldados reales ven a alguien a ésta hora en la calle lo llevan al calabozo para interrogarlo y lo sabes muy bien!!!

Si mamá... -Respondió ausente. -Tu crees en los seres alados de los que hablaba el abuelo??

Que tonterías dices... -Dijo la madre de Clem, mientras le daba la espalda. -Esas eran historias que inventaba él para hacer dormir a los niños o para reírse a costa de las caras de susto de algunos... los seres alados no existen.

Clem todavía no terminaba de cenar cuando se levantó de la mesa.

Voy a darle comida a los animales... -dijo Clem tratando de parecer natural. Para suerte suya, su madre habñia salido de la habitación quien sabe a que. Fue el momento que aprovechó Clem para sacar un posillo de greda limpio, ponerlo en la torre de platos recién lavados, tomar su plato y llenarlo con la sopa que había en la olla.

Ya salgo mamá!! -Gritó desde la puerta.

Lava tu plato! -Le respondió la voz de su madre desde alguan habitación de la casa.

Ya lo hice! -Respondió gritando, antes de cerrar la puerta detras suyo.

Mientras caminaba, meditaba... "Cielos... Jamás me imaginé en esta situación... Y SI DE VERDAD SON SERES MALOS QUE QUIEREN HACERNOS DAÑO????... -Se detuvo en seco. -No... No es posible que alguien tan dulce tenga tan malas intenciones... -Ya más calmado prosiguió con su camino.

Cuando llegó, Fao estaba de pie junto a Cuescos, El caballo que usaban para tirar la carreta, arar el campo e incluso para montar.

Dice que le gusta como eres... -Dijo Fao - Se pone muy feliz cada vez que te ve aparecer por esa puerta, pues sabe que lo más seguro es que vengas a dejarle alimento.

Jajajajaja!! Que cosas dices Fao... Los caballos no hablan... sal de ahí para poder dejarle Comida... Toma -Le dijo mientras le acercaba el plato con sopa. -La hizo mi madre.

Fao miró a Clem algo desconcertada. -Te hacen comida??... que fácil sería vivir así.

A que te refieres? -Preguntó Clem sin darle mucha importancia mientras le daba una ración a cada animal...

Nada. -Respondió fao. -Ya no importa.

Ahora come eso y duerme, que mañana saldremos de aquí antes de que el sol aparezca sobre el bosque. -Dijo Clem mientras se acercaba a la puerta.

Fao asintió con la cabeza mientras se hincaba para comer

Estás bien así?? No te falta nada?? Como estás de tus heridas??-Preguntó ya en la puerta del establo.

A Clem le impresionaba que ya le quedaran solo algunos moretones y rasguños que, comparados con las heridas que tenía hacia dos horas, no eran nada.

Mejor, al menos ya no me duelen tanto. -Balbució Fao con la boca llena con comida.

Muy bien, recuerda que te vendré a buscar mañana antes de que aparezca el sol y tienes que estar lista para partir. -Dijo Clem con tono imperativo. -Y si aparece alguien u oyes algún ruido, escóndete detrás de esos fardos y no salgas hasta que el peligro haya pasado. Entendiste??

Fao volvió a asentir efusivamente con al cabeza antes de ver desaparecer a su nuevo amigo tras la puerta de madera.




Clem se levantó y miró a su alrededor... Aun estaba oscuro. Clem miró a su alrededor... Tomó dos mantas de lana de cordero y las estiró una sobre la otra en el suelo. Encima de ellas colocó comida que, con sigilo, había preparado la noche anterior, puso también dos paquetes de manteca envuelta bolsas de genero, un frasco con un poco de "fuego de inicio" como le llamaban, que había sobrado de la última vez que encendieron el fogón para cocinar... se preocupó de envolverlo muy bien para que no escaparan destellos. Puso también algo de ropa, hilo, una aguja y un estomago de chancho que tenía su padre para llevar vino en sus viajes. Cuando estaba todo en su lugar, enrolló las mantas y las amarró con cáñamo lo más fuerte que pudo. El bulto era casi más ancho que él.

Antes de salir, tomó la daga que le había regalado su hermano y se la colgó en la cintura, algo de dinero que había ahorrado y un objeto que su abuelo le había regalado una semana antes de morir... el lo llamaba "Brújula". Su abuelo le había ducho cuando se la regaló que era un instrumento que se usaba para "no desviarse del camino"... Como usarlo? Ni idea... Clem tenía pensado venderlo para así conseguir algo de dinero para el viaje. Tomó el bulto que había preparado y salió de su habitación.

Antes de salir de la casa, tomó la carta que había escrito con anticipación despidiéndose de su madre y diciéndole que no se preocupara, que iba a estar bien y que nunca dejaría de agradecer todo lo que hizo por él y, antes de ponerse a llorar, dejó la carta sobre la mesa y salió por la puerta sin hacer el más mínimo ruido.

Luego de abrir el cerrojo de la puerta del establo y lograr entrar, se llevó una gran sorpresa...

FAO!!!! DONDE ESTÁS!!! -Llamó susurrando... Se notaba en su voz un tono de miedo, de angustia... de pronto escuchó en una esquina un sonido... se acercó con sigilo, sacó su daga, pues si bien podría ser Fao, también podría ser su raptor quien emitía aquel sonido.

Desde su escondite, Fao vio la sombra de alguien que se acercaba de manera sigilosa sobre el muro que tenía al frente... Se acercaba cada vez más... tenía un estilete en la mano!!!

De un momento a otro, la sombra se fue y, sin previo aviso, Clem apareció de sorpresa por el otro lado del montón de fardos y recién entonces se dio cuenta de que era Fao quien emitía el sonido y se sintió más tranquilo. Su cuerpo se relajó, pero no alcanzó a soltar el aliento cuando oyó el grito de Fao lanzado a los cuatro vientos. Clem soltó la daga y se abalanzó sobre ella tapándole la boca, pero ya era tarde... Ese grito seguramente lo escuchó la mitad de la aldea y los animales estaban haciendo un alboroto digno de cualquier estampida.

Cielos... -Dijo Clem mientras enfundaba nuevamente su daga. -Tenemos que huir de aquí cuanto antes. Ve y trae el bulto que dejé en la entrada.

Fao asintió con la cabeza y, choqueada aun por el susto, fue a hacer lo que se le dijo, mientras Clem se acercaba al trote a Cuescos para desatarlo y ponerle riendas. Mientras lo hacía, Fao volvió con el bulto, el que Clem ató al anca de Cuescos.

Ya se podía oír el rechinar de las grevas de los guardias y el sonido metálico de las articulaciones de sus armaduras mientras se acercaban a gran velocidad gritando "QUE FUE ESO!! CORRAN!! VAMOS!! RAPIDO!!".

Clem ayudó a subir a Fao al Caballo, la envolvió con la manta que estaba usando ella para dormir y le cubrió la cabeza, pues si descubrían que era una forastera estarían en un gran lío. Tomó luego las riendas para subir. En eso estaba cuando aparecieron los guardias reales...

Que pasó aquí!!... Que es toda esta bulla!! Hasta podría despertar un dragón!!! -Preguntó el guardia en tono desagradable y sarcástico.

No es nada... Es solo que se me han caído unas herramientas y he despertado a los animales... -Dijo Clem intentado simular una postura y una voz casual. -Tengo que llegar al pueblo de Carmesí antes de que caiga la noche...

Y quien es él?? Por que va tapado?? -Preguntó el guardia y los otros dos tomaron sus alabardas atentos a lo que sucedía. El guardia comenzó a destapar a Fao y estaba comenzando a descubrir el rostro de la chica.

SUJETATE FIRME!!! -Gritó Clem mientras golpeaba con fuerza las costillas de cuescos. El caballo relinchó y hecho a correr como jamás en su vida lo había hecho. Incluso Clem se impresionó de lo rápido que partieron.

QUE NO ESCAPEN!!!! -Se escuchó gritar detrás de ellos mientras cuescos corría a todo galope por las calles de la aldea.

De pronto, se oyó un chillido proveniente de un cuerno y Clem se dió cuenta de que la puerta principal de la ciudad, la norte, estaba siendo cerrada y no alcanzarían a llegar. Tiró entonces del lado izquierdo de la rienda y Cuescos dobló por una calle un poco más angosta, pero en la que se vislumbraba una salida a un claro y luego, el bosque.

Pusieron toda su fe en Cuescos cuando, de un momento a otro, guardias reales bien armados comenzaron a salir de las calles perpendiculares a la que ellos transitaban dispuestos a matarlos si era necesario.

Cuando Clem ya lo daba todo por perdido, sintió un peso en la espalda... Era fao que estaba apoyada sobre él con el brazo extendido tocando el cuello del Animal. De pronto, cuescos logró una velocidad que Clem jamás hubiese imaginado que un caballo podía alcanzar. Ahora sí era posible escapar airosos de este embrollo.

Los tres alcanzaron a pasar entremedio de la última línea de guardias cuando todavía no consolidaban su formación.

Siguieron galopando e internandose en el bosque, hasta que ya no escuchaban los sonidos de los cuernos llamando en su persecución. Habían salido victoriosos

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Bueno Blog, espero que te haya gustado la historia... quiero dar gracias a mi amiga por motivarme a hacer este segundo capitulo (aunque ella nunca me lo dijo explicitamente).

ojala que venga otro pronto... son las 4:27 am y estoy muerto de sueño... disculpa si hay muchas faltas ortograficas o de redacción, pero me da lata re-revisarlo... XD

2 comentarios:

Elisa Arellano dijo...

holap, por fin pude leer los primeros tres capitulos seguidos, ahora voy por un cafe y segui´r con los otros, me gusta la historia, tines una gran capacidad de mantener la atención del que lee, lo que muy pocos tienes (creéme, estudio literatura y quiza ninguno de mis compañeros la tiene)
Un besote
Yop

Héctor dijo...

EXCELENTE CAPÍTULO!

La huida a caballo y toda la persecución está muy, pero muy bien lograda! Se logra esa sensación de adrenalina, y quedas sentado en la punta del aciento al terminar de leerlo! Muy bueno.
Muy bien lograda también la salida de la casa materna por la desición de seguir su propio camino, acompañado de una mujer que ya comienza a causar estragos en su vida y sus emociones. Muy buena alegoría del paso de niño (hijo de mamá) a hombre (compañerode viaje, pareja en un proyecto común).
Escelente!