12 de diciembre de 2006

Fao y Clem (Capitulo 3)

Mode:.:Calmado:.
Escuchando:.:Placebo - Nancy boy:.


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Cuando ya habían pasado alrededor de veinte minutos de galope casi a ciegas entremedio de los árboles, disminuyeron en tranco y siguieron andando por el bosque sin decir palabra alguna… Fao estaba todavía muy choqueada por lo que acababa de suceder y Clem iba buscando camino por entremedio de al vegetación, pues no iban por ningún sendero.

Continuaron caminando por el bosque cuando Clem advirtió que a lo lejos el cielo comenzaba a tornarse rojo… era un hermoso amanecer, pero nunca lo había apreciado tanto como ese día, después de todo, estuvo a poco de pasar un largo tiempo en un calabozo con delincuentes.

Fao iba con al vista perdida en el infinito, tratando de imaginarse cómo será el famoso Cripides del que le habían hablado hacia ya tiempo…

Clem… hacia donde nos dirigimos?? –Preguntó Fao después de ya transcurridos algunos minutos…

A la ciudad de Carmesí… ahí podremos averiguar más sobre donde podemos encontrar a ese tal Cripides del que hablas. –Dijo Clem. –Si no creo que sepan todavía que somos prófugos… jejeje… -Se notaba cierto nerviosismo en su voz.

Y está muy lejos? –Preguntó Fao

Yo creo que deberíamos estar llegando un poco después de la hora sin sombra. –Respondió Clem.

Seguían caminando por el bosque cuando Clem se dio cuenta que iban bordeando un acantilado de altura considerable y decidió acercarse para ver si es que lograba divisar desde ahí la Ciudad de Carmesí y para dejar que cuescos descansara un momento antes de seguir con su viaje.

Desmontaron y Clem dejó a cuescos atado a un árbol cercano.

No tienes para que hacer eso. –Dijo Fao. –No se va a escapar.

Y como puedes estar tan segura??... uno nunca sabe cuando podría espantarse con alguna víbora que pase cerca o incluso con la sombra de algún árbol. –Respondió Clem.

Hazme caso… no se irá… -Dijo Fao con tono seguro.

Bueno bueno… como tú quieras, pero no me culpes si después tenemos que caminar hasta ciudad de Carmesí… -dijo con resignación Clem dejando las riendas de Cuescos sobre el cuello del animal.

Clem se sentó apoyado en las raíces de un gran árbol y sacó un poco del pan que había puesto en el bulto antes de salir

Quieres un poco?? –Pregunto Clem extendiéndole un trozo de pan.

No gracias… así estoy bien.

Fue entonces cuando Clem vio algo que jamás en su vida imaginó siquiera que vería. Fao se acercó al borde del acantilado dándole la espalda… Entonces dejó caer la túnica blanca que traía puesta y quedó desnuda... se podían ver las dos cicatrices formando una “V” que vio cuando recién la conoció.

Pero que!!… -Clem calló de pronto al ver lo que tenía frente a sus ojos.

Luego de dejar caer la túnica, Fao abrió sus brazos y de las cicatrices salieron dos destellos blancos… parecidos a los que salían de los bastones de los magos cuando lanzaban algún hechizo. De pronto, los destellos comenzaron a salir de la espalda de Fao tomando forma de dos grandes placas curvadas… Clem se demoró en darse cuenta de que eran las alas de fao, las que se habían roto por efecto de la caída. Los destellos dejaron de brillar de manera gradual transformándose en hermosas alas blancas. Luego de abrirse al sol, el ala derecha de Fao cayó hasta tocar con su punta el suelo, pero fao la levantó con un movimiento de hombros y Clem escuchó un quejido.

Estas bien?? –Dijo clem todavía impresionado por la escena que tenía frente a sus ojos.

Fao no respondió… Levantó la cara hacia el cielo con los ojos cerrados y comenzó a destellar nuevamente, pero esta vez brillaba su cuerpo entero.

De pronto, Clem sintió un pequeño golpecito en su vientre, como el que se sentía cuando tocaban los enormes tambores en los carnavales. Y vio algo que lo dejó aun más impresionado. De pronto, del bosque comenzaron a aparecer pequeñas esferas de colores brillantes… habían verdes, rojas, amarillas, azules, rosadas, blancas… luego de mantenerse un momento suspendidas en el aire, pasaron por el costado de Clem a gran velocidad. Éste, por el susto, se paró y retrocedió hasta chocar con el árbol que tenía a sus espaldas.

Las pequeñas esferas de colores, que eran aproximadamente del tamaño de una moneda de plata, llegaban al lado de Fao y comenzaban a girar formando un hermoso torbellino de colores que giraba cada vez más rápido… cuando la última esfera llegó al lado de fao, la danza se detuvo bruscamente y las esferas se alejaron un poco antes de chocar violentamente con el pecho y la espalda de Fao.

Clem estaba perplejo. Jamás en su vida imaginó presenciar algo así… Después de que las esferas de colores desaparecieron en el cuerpo de Fao, de a poco dejó de brillar y su ala derecha volvió a caer al piso. Inmediatamente éstas comenzaron a recogerse y a hundirse en la espalda de la chica hasta que desaparecieron. Fao recogió su túnica, se colgó el único tirante que tenía en el hombro y se volteo hacia Clem con una sonrisa.

Clem estaba tartamudeando algo…

Q-que-que fue eso!!! –Preguntó Clem sin poder articular bien las palabras.

Cálmate –Le dijo Fao con una sonrisa en la cara. –Estaba recolectando espíritus, es de donde sacamos las energías nosotros los seres alados…

Robas espíritus??? Te robaste mi espíritu!!!???? –Gritó Clem al borde de la histeria…

Te lo explicaré… todos los seres acumulan dentro de si cierta energía que no ocupan en lo absoluto… eso es lo que nosotros llamamos espíritus y es lo que usamos para vivir… es igual a que tu te comas ese pan. –Dijo Fao apuntando la mano derecha de Clem mientras él trataba de poner toda esa información en orden dentro de su cabeza...

Eso quiere decir que de nada te sirve comer… cierto?? –Preguntó Clem.

También puedo vivir con comida humana, pero no me alcanzaría para poder usar los poderes de un ser alado

Poderes de un ser alado?? Como cuales?? –Preguntó con curiosidad Clem.

Como hablar con los espíritus que habitan el bosque, con los animales, o para hacer cosas como ésta –Dijo Fao extendiendo su mano hacia Clem… en un momento comenzó a brillar un pequeño destello amarillo sobre su mano que luego creció hasta convertirse en una esfera del tamaño de las que había visto hacía un momento.

Eso es uno de los espíritus que acabas de recolectar?? –Preguntó Clem abriendo los ojos impresionado.

No –Respondió Fao. –Es lo que nosotros llamamos “Esfera de Lanz”, y sirve para muchas cosas… Casi todos los poderes de un ser alado están basados en ésta pequeña esfera… es una de las primeras cosas que le enseña a hacer una madre a un ser alado bebe…

Mejor sigamos nuestro camino –Interrumpió Clem sin poder reponerse de la impresión y girándose hacia donde había dejado a Cuescos. –Todavía nos queda mucho camino que recorrer.

Clem subió de un salto sobre el lomo de Cuescos y tomó las riendas. Fao se afirmó de la Camisa de Clem para poder subir al ancha anca del percherón.

Ya había amanecido y se veía a lo lejos, abajo en la planicie bajo el acantilado, la ciudad de Carmesí.

Siguieron andando por el bosque… A ratos galopando para ganar tiempo para llegar a la ciudad antes que la noticia de su escape. Se detuvieron dos veces más en unos riachuelos que encontraron al paso para tomar agua y para que Cuescos descansara, después de todo, el caballo llevaba a dos personas y un bulto encima.

Ya después de largas horas de cabalgata, por fin llegaron a la Ciudad de Carmesí. La entrada era majestuosa, con un arco enorme custodiado por cuatro guardias por fuera, cuatro por dentro y dos sobre éste. Flanqueaba a la ciudad un enorme muro de aproximadamente 5 o 6 personas de altura. Al entrar los detuvo un guardia y Clem se calmó, pues si hubiesen estado enterados de su escape, un cordial comité de bienvenida los hubiese apuntalado con lanzas y alabardas antes de siquiera mirarles las caras, y es que Carmesí era una ciudad muy segura, ya que era la cuidad que controlaba toda el área noroeste del reino.

Tengan un buen día viajeros, les pediré que me digan su nombre y el lugar de donde vienen. –Dijo el guardia con tono cordial sujetando las riendas de Cuescos.

Soy Ian y ella es mi hermana Liz –Dijo Clem con naturalidad. –Venimos del pueblo de Noen y estamos de paso por aquí.

Muy bien. –Dijo el guardia. –Sean bienvenidos a la Ciudad de Carmesí… han estado aquí antes?? Pues si no es Así puedo indicarles donde hay posada y comercio… o un lugar apacible como para que una señorita tan bonita se refresque…

Muchas gracias señor, pero yo ya Conozco bien la ciudad… ahora, si fuera posible, me gustaría poder seguir… tenemos prisa. –Dijo Clem intentando no ser descortés.

Adelante y disfruten su estadía. –Dijo el guardia soltando las riendas del caballo. –Que tenga un buen día señorita…

Fao le devolvió una sonrisa de agradecimiento y se perdieron tras el gran pórtico de entrada… inmediatamente después de la entrada seguía una avenida inmensa llena de comerciantes que vendían carne, quesos, pan, aves, verduras, fruta y cuanta cosa pudiese imaginarse…

Que haremos ahora Clem?? -Preguntó Fao apoyando su cara sobre el hombro del chico.

Iremos a una posada llamada “Cinco Llanos”, donde conozco al hijo del dueño… Él nos podría ayudar. Me platicó una vez que conoció a un alquimista que vive en esas montañas –Dijo Clem apuntando hacia el otro lado de la ciudad donde se divisaban unas montañas considerablemente altas. –Él puede saber como encontrar a ese tal Cripides del que hablas.


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Bueno lectores de este humilde Blog, espero que les haya gustado esta nueva entrega de "La hermosa historia de Fao y Clem"... como ahora tengo un poco más de tiempo libre, espero poder escribir un poco más seguido los capitulos de esta, según yop, fascinante historia.

See ya
^^

4 comentarios:

Narkito dijo...

Wow! Quiero más... me muero de ganas de leer cuando alguien le diga a Clem que una brújula puede ayudar a encontrar el "Este".

=)

Y Fao es tan tieeeeeeeeeeeerna!!

Cariños... sigue escribiendo, yo feliz.

^______^

Unknown dijo...

Que wena, la media sorpresa, te esperaba cuando me encontre con esto. Viste q de una u otra manera me voy a volver adicta?...jajaja
Besos, nos estamos viendo.

Anónimo dijo...

wooo primo too un escritor!!!
felicitaciones te juro que esta
muy weno y yo quiero seguir leyendolo!!! esque no conocia ese
lao tuyo
jajajaja
ya primo cuidece
y nos vemos
aiusss
Consu

Anónimo dijo...

no pude evitar leer el capitulo 3 antes de irme a dormir muy buena la historia lothar tienes talento ...me gusto muxo la seguire leyendo toda toda... asike espero q las aventuras q comienzan sean muy buenas..

relamente t felicito ..byee...(gumi)