28 de mayo de 2007

Fao y Clem (Capitulo 10)

Mode:.:Relaxed & hungry:.
Escuchando:.:HIM - Killing Loneliness:.



Saludos lectores!!! Mucho tiempo sin vernos, no??

Hoy les traigo un especial de nueve páginas tamaño carta en un solo capitulo. Es una manera de compensar el tiempo perdido con el pequeño percance que tuve hace algún tiempo del que espero estar recuperándome... estoy tan ocupado con las cosas de la universidad que ya casi no me queda tiempo para pensar en acordarme de eso... XD

Aquí las cosas se empiezan a poner interesantes... ojala lo disfruten.

Es MUY probable que este capitulo tenga más de un error de concordancia (por ejemplo que antes haya dicho que alguien era alto y ahora digo que es bajo... cosas así). Si encuentran errores de ese tipo o de cualquier otro (que no sea "te faltan los "¿" en las preguntas... solo pusiste los "?" al final", pues eso lo tengo presente), me avisan en los comments... capicci??

Bueno, ya basta de palabrería y a leer se ha dicho...

Disfrútenlo!! ^^

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El aire frío golpeaba su cara y se escuchaba solo el canto de los pájaros cuando Clem despertó. A esa hora el sol debería estar golpeando su cara, pero era un día nublado y hacía frío. Levantó la vista aún somnoliento y vio a Rot ordenando la leña para encender una fogata.

Buen día Clem –Le saludó el mago mientras acercaba una llama que tenía suspendida sobre dos dedos de su mano derecha a la fogata. –Dormiste bien?

No mucho… hizo bastante frío anoche. –Respondió Clem levantándose envuelto con la manta con la que había dormido. –Y donde está Fao?

No lo sé, cuando me desperté ella ya no estaba. –Respondió Rot con naturalidad.

Rotieg comenzó a soplar la fogata mientras agregaba fuego desde la punta de sus dedos. Clem jamás había visto algo así, pero decidió no mostrarse impresionado.

Bien, a mi me queda algo de carne seca que me dio Famire. Podríamos comer eso y salir a recolectar algo de fruta antes de seguir el camino. –Propuso Clem sacando la carne seca del bulto. Cuescos comía pasto y daba vueltas por entre los árboles a no mucha distancia de ellos.

La fogata ya había alcanzado buen tamaño y Clem estaba calentado dos trozos de carne seca para cada uno. La comida escaseaba y tenía que racionarla para que alcanzara para los tres durante dos días más.

Estaban en eso cuando apareció Fao caminando desde entremedio de unos árboles con la bolsa de agua colgando de un hombro y mojada de pies a cabeza. Tenía los labios morados y el vestido que le había regalado Famire goteando por todos lados.

Que te ha pasado!!?? –Preguntó Clem parándose y dirigiéndose hacia ella.

No es obvio acaso?? Se ha caído al agua –Respondió Rot con calma.

Estás bien Fao?? Te hiciste daño?? –Preguntó Clem tomando la bolsa con agua que llevaba la chica.

Tengo frío… -Dijo tiritando. –Estaba colocando la boca de la bolsa en una pequeña caída de agua que hay no muy lejos. Resbalé en una roca y caí al agua.

Jajaja… vaya que mala suerte tienes. Quítate ese vestido y ponte el que traías cuando llegaste antes de que agarres un resfrío. –Dijo Clem caminando de vuelta hacia la fogata –Te puedes secar con la manta en la que dormimos. –Concluyó una vez que había llegado al lado de Rot

Está bien –Dijo Fao comenzando a quitarse la ropa

Clem y Rot se voltearon bruscamente hacia la fogata para no mirarla.

Siempre hace eso?? –Preguntó Rot sonrojado.

Si… Al parecer no le da vergüenza mostrar su cuerpo –Respondió Clem girando los trozos de carne. –Algún día eso le va a traer algún problema… Luego se lo explicaré.

Aha... –Asintió Rot girando otros dos trozos de carne

Fao se terminó de secar y vestir, y se acercó a la fogata para abrigarse. Tenía todavía los labios y las manos moradas.

Saben algo?? Estuve pensando sobre cómo podríamos pasar por láguerin y se me ha ocurrido una idea… Es algo arriesgada, de hecho, bastante arriesgada. –Dijo Clem mientras comían. –Jamás podremos ganar una batalla en la que somos tres contra un batallón de soldados… Para ganar necesitaríamos otro batallón.

Y de donde piensas sacar un batallón lo suficientemente grande como para vencer a la guardia real?? Preguntó Rot extrañado de la idea de Clem.

Bueno, hay un pueblo que no aparece en ningún mapa, pero que todos saben de su existencia. Es un pueblo fundado por gente de mala reputación, un lugar en el que las reglas y la justicia las impone cada uno a su manera… –Dijo Clem advirtiendo que su idea era peligrosa.

Te refieres a la ciudad de las mentiras?? –Preguntó Rotieg atorándose de la sola impresión que se acababa de llevar. –debes de estar loco si nos quieres llevar ahí.

Tienes entonces otra idea?? –Preguntó Clem. –Había pensado también en entrar con comerciantes escondidos entre la carga, pero dada la situación en la que está la guardia real, seguramente estarán revisando hasta los bolsillos de los mercaderes que pasan por Láguerin.

Es un pueblo completamente habitado por gente mala?? –Preguntó Fao entendiendo poco de la conversación. –Cómo puede ser toda la gente de un pueblo mala??.

Lo que pasa es que es un pueblo donde van a dar todos los prisioneros que escapan de los calabozos, estafadores que son perseguidos, asesinos que le deben un cuello a la horca… -Explicó Rot hablando rápido, casi desesperado –Todas esas personas, para no caer, en algunos casos nuevamente, en un calabozo, se van a vivir a ese pueblo llamado “Ciudad de las mentiras” por el resto de los habitantes del reino. Yo no quiero ir ahí, es muy peligroso. Además, ahí solo puede entrar la gente que ha cometido algún delito.

Bueno, no somos acaso prófugos?? –Preguntó Clem y Rotieg guardó silencio. –Si quieres puedes cruzar a Dráerus, no tendrían porque prohibirte el paso si vas con algún mercader.

No… Prefiero ir a la ciudad de las mentiras antes que cruzar sólo a Dráerus… -Respondió Rot. –Pero cómo piensas hacer que un batallón de ladrones te ayuden a luchar?

Pues bien, esa era la otra parte del plan que les quería explicar… –Continuó Clem –Desde hace ya bastante tiempo que esos tipos están en pie de asaltar una ciudad o un pueblo para conseguir algo de dinero y provisiones. Como es un delito visitar esa ciudad, los mercaderes jamás han pasado por ahí a ofrecer su mercancía, por lo que escasean los alimentos, las vestimentas y todo lo que normalmente se compra a los comerciantes. –Concluyó el Joven.

Piensas provocar una batalla para lograr cruzar por Láguerin?? Estás loco?? Morirá mucha gente! –Dijo Fao enojada.

Acaso crees que a mi me agrada la idea?? No nos queda otra alternativa… -Le contestó Clem –Es el único pueblo al que podemos llegar sin preocuparnos de ser vistos por la guardia real. Además, necesitamos salir del reino de Aigus lo antes posible, pues cuando la noticia de que somos prófugos se haya expandido aún más, se nos hará imposible vivir aquí.

Bueno, te lo pregunto de nuevo, que te hace pensar que esa gente nos ayudará a sabiendas de que hay un batallón esperándonos?? –Preguntó Rot nuevamente a Clem desgarrando un trozo de carne con los dientes.

Como ya te dije, esa gente está buscando un pueblo al que asaltar. Yo prefiero que asalten a la guardia real y les roben sus provisiones que son ilimitadas, pues son sacadas del tesoro del rey y no provocarán daño alguno a las arcas del pueblo. Además, el botín que se llevarían sería muchísimo más suculento que el que ofrece el pequeño pueblo fronterizo de Láguerin. –Se explicó Clem –Y con respecto a los soldados mismos, el pueblo más cercano a la ciudad de las mentiras es justamente Láguerin, y será asaltado de todos modos por los ladrones y esa gente no tiene cómo defenderse más que con una pequeña guarnición de cinco o diez guardias que cuidan la frontera.

Pues bien, pongámonos en marcha lo antes posible… Nos espera un largo día. –Dijo Rotieg parándose y terminando de comer –Pero que te quede claro que esto va contra todos mis ideales y que no estoy muy de acuerdo con tu idea.

Yo tampoco Clem… Pero ya que no hay otra salida, tendremos que hacerlo… -Dijo Fao levantándose con el pelo mojado todavía.

Apagaron la fogata y ordenaron sus pertenencias. No hablaron mucho mientras hacían esto, Rot estaba nervioso y Fao ya se comenzaba a sentir culpable… a Clem tampoco le agradaba en lo absoluto la idea, pero no había otra opción. Su madre siempre decía que, cuando el objetivo es importante, el fin justifica los medios.

Ataron bien el bulto sobre el lomo de Cuescos y comenzaron su viaje nuevamente. Clem les explicó que para entrar a la ciudad de las mentiras, había que probar que eran delincuentes, así se cercioraban de que alguien no era un espía de la guardia real intentando entrar al pueblo. Clem pensaba decir que Fao y él eran hermanos y que eran perseguidos por esconder a Rot, que, supuestamente, era un amigo de ellos que mató a un guardia que lo había sorprendido robando ganado. Tenían que aparentar ser realmente malos para entrar ahí y no sabía si esa historia iba a ser suficiente.

Cabalgaron durante medio día en dirección del ocaso. Iban a paso tranquilo cuando, ya bastante avanzada la tarde, cuatro tipos vestidos con harapos y armados con sables y dagas aparecieron de entre los árboles, eran tres personas ya adultas y un niño de no más de doce años. Clem se contuvo de desenfundar su daga y a Fao el corazón le dio un brinco. Rotieg se dio media vuelta y levantó las manos por sobre su cabeza en señal de rendición.

Tranquilo Rot –Dijo Clem.

Quienes son y que están haciendo aquí!!?? –Preguntó uno de los hombres. Era alto y de espalda ancha. Tenía el pelo negro y largo hasta los hombros. Ostentaba en la cara una cicatriz que iba desde el centro del mentón hasta casi su ojo derecho y su voz era como escuchar ladrar a un perro enojado. Sujetaba en su mano derecha una espada de la guardia real seguramente robada u obtenida de algún guardia que haya matado.

Somos perseguidos por la guardia real y buscamos refugio en la ciudad de las mentiras. –Respondió Fao adelantándose a Clem, quien la miró extrañado.

Entréguenos sus armas –Dijo el hombre.

Jamás!! –Respondió Clem llevando su mano hacia su daga.

Hazlo Clem… –Dijo Rot bajando las manos mientras uno de los hombres lo apuntaba de cerca con una finísima espada. –No queremos tener problemas con ellos.

Clem se bajó de Cuescos y se la entregó al tipo que tenía cerca.

Si le llegase a pasar algo a mi daga, primero te mataré y luego te preguntaré que pasó. De acuerdo? –Le dijo Clem en voz baja al tipo. No le agradaba en lo absoluto tener que pasarle su daga a alguien. –Los demás vienen desarmados –Dijo luego a quien suponía que era el jefe de la banda.

Sígannos –Dijo el tipo alto y comenzó a caminar siguiendo el camino. Los otros tres iban con las espadas y las dagas desenfundadas y parecían dispuestos a matar sin escrúpulos a quien hiciera siquiera un movimiento brusco.

Avanzaron así algún rato hasta que divisaron una pared de madera toda desmarañada con dos tipos vestidos también con harapos sentados en el suelo y apoyados en ésta. Al verlos, se pusieron al momento de pié y tomaron sus lanzas.

Vaya vaya, pero que tenemos aquí… –Dijo uno de los “guardias” del pueblo –Tres jóvenes que a tan temprana edad ya han arruinado sus vidas… que hicieron? Le robaron un dulce a su vecino? Rompieron el jarrón de la vecina jugando con una pelota? O acaso mataron a uno de sus amigos… o a sus padres talvez…?? –El otro tipo se hecho a reír con carcajadas burlescas.

Pero mira eso!! Es una señorita… será que le ayudó a sus amiguitos a esconder el cadáver de su madre?? O será que es una prostituta que viene a ganar dinero acá?? –Dijo el otro guardia acercándose para tomarle la mano a Fao.

Déjala! –Dijo el tipo alto poniendo el filo de su espada en el cuello del guardia –Primero los ve el jefe y luego los fastidias, imbécil.

El guardia retrocedió y escupió el suelo, mientras el otro dejaba de hurguetear con su lanza las ropas de Rot, a quien las ganas de hacer aparecer una pica de roca desde la tierra para atravesar al tipo de lado a lado no le faltaban.

Pues entonces adelante damisela… disfrute su estadía aquí, mientras pueda… jejeje…-Rió depravadamente el tipo mientras se acercaba nuevamente a su lugar de guardia.

Bájense del caballo y muévanse. Primero tienen que ver al jefe, luego podrán visitar las inigualables atracciones turísticas de la ciudad de las mentiras… -Dijo el tipo alto y de cabello negro que los escoltaba en tono sarcástico.

La impresión que se llevaron al cruzar la muralla fue horrible. Las calles estaban infestadas de gente, había personas apoyadas en cada muralla, leprosos tapados con capuchas, ancianos tan flacos que se les pegaba el pellejo a los huesos, niños sucios, la mayoría desnudos, jugando entremedio del barro y los animales. La mayoría de la gente, hombres y mujeres, tenían la cara o alguna parte de su cuerpo desfigurada o con más de alguna cicatriz, Clem supuso que era por torturas o por los maltratos que sufrieron en los calabozos de los que escaparon. Al fondo de la calle, un niño de no más de diez o doce años apuñalaba a un hombre quien sabe porqué, mientras el resto de la gente permanecía como si nada estubiese pasando. Todos andaban vestidos con horribles harapos y los miraban como si fueran carne fresca para comer.

Tengo miedo –Le dijo Fao en voz baja a Clem mientas se aferraba con fuerza a su brazo.

Ya lo sé… tendremos que cuidarnos las espaldas. –Dijo el chico mientras llegaban a una choza.

Entraron a una casa de madera, era pequeña, pero parecía ser una de las más “grandes” y “lujosas” del lugar. En su interior habían algunas armas, ropas tiradas por todos lados, un caldero hirviendo en una improvisada chimenea, dos camas puestas en las esquinas contrarias al portal de entrada. En la casa escaseaban las ventanas, solo había una que daba hacia una calle perpendicular a la que habían utilizado para entrar. Junto a la chimenea había una anciana sentada en una silla y en una de las camas había un hombre de increíbles proporciones, tenía la espalda ancha. Rot calculó que el lomo de Cuescos le llegaría fácilmente al pecho. Era difícil calcular la edad del tipo, pero Clem creyó estar frente a una persona que había visto pasar al menos treinta y cinco otoños. El rasgo más característico del tipo, más aun que el tatuaje de forma tribal en su cabeza y la completa ausencia de pelo sobre ésta, lo descubrieron cuando dejó de sacarle filo a una daga, se levantó de la cama y se volteó para mirarlos, tenía una horrenda cicatriz que marcaba un corte desde el lado izquierdo de su frente hasta el pómulo del mismo lado, transformando su ojo izquierdo en una gran y horrenda cicatriz.

Mira lo que encontramos Garfem, un trío de nuevos ilustres ciudadanos o un trío de asquerosos espías… decide tú que son. –Dijo el jefe de la banda adelantándose al grupo, quitándole la daga de Clem a quien la tenía y tirándola sobre la cama. –Esto es todo lo que tenían junto con un caballo bien nutrido que hay afuera.

Buen trabajo Ras, ahora vete –Dijo Garfem lanzándole una moneda de plata –ah! Quiero ese caballo intacto. Y todo lo que venía con él.

Seguro… ­–Respondió Ras dándose la media vuelta y salió.

Uno de los vigías, antes de seguir a Ras, se acercó por la espalda a Clem y a Fao –Garfem significa “desollador” en el idioma de Dráerus, saben?… –Dijo con una voz chillona y molesta antes de alejarse. Su aliento apestaba.

Quienes son?... De donde vienen?... Que buscan aquí?... a cuantos mataron?? –Dijo Garfem acercándose a Clem. Por mucho que supiese pelear, era imposible ganarle una pelea a ese gigante. Clem se resignó a recibir un golpe. –Habla imbécil!!

Déjalo!!! –Gritó Fao y Luego calló evitando mirarlo.

Vaya… aquí tenemos una señorita… pero que descortés he sido… como te llamas, perra. –Le dijo mirándola hacia abajo.

Me llamo Fao… -Respondió con miedo, sin levantar la vista.

Yo soy Clem, y él es Rotieg… Fao es mi hermana y ayudamos a mi amigo Rot a escapar de… -Clem había comenzado a hablar cuando notó que Garfem retrocedió alejándose con una cara de espanto que los impresionó. Llegó al muro y tomó una espada de increíbles proporciones que había apoyada en la esquina de la cama.

Aléjense!! Si tu eres Clem, uno de ellos dos debe ser el ser alado. Que quieren de nosotros?!! Váyanse ahora mismo!! –Bramó Garfem empuñando su enorme espada, era ancha como una pierna y tan alta como Clem. –Yo he sido testigo de lo que es capaz de hacer un ser alado, es que acaso has venido a destruirnos!!?? –Continuó con un miedo indisimulable en la voz.

Cálmese señor Garfem… no queremos dañar a nadie… -Dijo Rotieg pasando delante de Fao y Clem –Como al parecer bien sabe, somos perseguidos por la guardia real y por todo el reino por ayudar a esta chica… ella es un ser alado, pero no es como los demás que se han aparecido en esta tierra, ella no vino a atormentar a la gente, sino que ha caído y ahora le ayudamos a buscar a una persona que la puede ayudar a volver a su lugar de origen.

Es un ser alado!! Los puede estar engañando para apoderarse de sus almas! –Dijo Garfem mirando a Fao con rabia.

No tema señor Garfem… Fao jamás dañaría a alguien por gusto. De hecho, dudo que sea capaz de hacerlo si fuese necesario. –Continuó Clem. –Por favor escuche lo que tenemos que decir.

Habla mocoso, pero que esa cosa no se acerque a mi –Dijo Garfem sin bajar su espada, la blandía sin dificultad alguna a pesar de ser tan inmensa.

Bueno, es bien sabido por todos que la ciudad de las mentiras carece del abastecimiento necesario para un pueblo, ya que ni siquiera está en los mapas del reino –Introdujo Clem – y es sabido por algunos que planean hacer un asalto a gran escala a alguna ciudad o pueblo cercano para saquearla.

Y que te hace pensar eso? –Preguntó Garfem bajando su espada.

Ee… eso se rumorea en los pueblos… –Tartamudeó Clem nervioso.

Pues bien, si así fuese, que quieres decirme con respecto a eso? –Preguntó Garfem.

Es bien sabido por todos que cada uno de los habitantes de la ciudad de las mentiras guarda un gran rencor contra la guardia real, ya sea por haberlos torturado mientras eran cautivos, por condenarlos injustamente o por matar a más de algún ser querido mientras el hambre lo obligaba a robar, o incluso matar por tan solo un trozo de pan –Dijo Clem tratando de simpatizar con el jefe de los ladrones. –Hemos venido a traerles buenas noticias.

Habla muchacho… –Dijo el hombre apoyando la punta de su espada en el suelo, pero sin soltarla.

Una guarnición de los hombres de la guardia real nos espera en el paso de Láguerin para tendernos una emboscada. Son dirigidos por un tal Casiel. Este cazador de seres alados quiere matar a Fao simplemente por ser lo que es. –Continuó Clem con tono calmado.

Y hace muy bien… –Respondió Garfem mirando a Fao con desprecio. –Y que quieres lograr diciéndome esto?

Pues si bien es una idea arriesgada, -Interrumpió Rotieg –Creo que podemos darles la oportunidad de emboscar a la guardia real y llevarse un botín que no lograrían aun cuando asaltaran el pueblo de Láguerin dos veces, pues es bien sabido por todos que el ejercito de la guardia real está bien provisto de armas y provisiones que podrían ser robadas fácilmente, si saben cómo y en que momento atacar, claro. –Dijo terminando de explicar.

Y quien nos garantiza una victoria? –Preguntó Garfem –Se han olvidado acaso que están hablando de soldados entrenados para luchar y que se enfrentarán a un puñado de ladrones que, en la gran mayoría de los casos, son ancianos o personas torturadas?? Que a pesar de su rencor, han decidido callar al no ver más alternativa que escapar a una ciudad de bandidos donde cada uno impone su ley a punta de espada?? Es que acaso no ven que están todos enfermos y desnutridos al no haber aquí curanderos ni comerciantes que nos sanen o nos vendan mercancías? sus voluntades están en el suelo...

Podemos devolverles la esperanza… tenemos a un ser alado de nuestro lado! –Dijo Rot tratando de convencer al grán Garfem.

Lo pensaré… la verdad es que no tenemos más alternativa… la gente aquí muere de hambre todos los días. –Explicó Garfem –Pero no podemos arriesgarnos a enfrentarnos a un batallón de soldados… lo tendré que pensar. Mientras, busquen un lugar donde quedarse. Pero tengan cuidado… aquí suelen desvalijar a los recién llegados, y si no se defienden bien, podrían llegar a perder algo más que sus pertenencias. En cuanto a ti, demonio con forma de niña, ni siquiera intentes hacer alguno de tus trucos en este pueblo. Si lo haces, me aseguraré de que ellos dos –Dijo apuntando a Clem y Rot –Deseen jamás haber nacido, me has oído bien?

Fao asintió con la cabeza escondiéndose detrás del brazo de Clem, más asustada que el propio Garfem.

Ahora váyanse! –Dijo Garfem volviendo a adoptar su aire agresivo.

Pero cómo probaremos allá afuera que no somos espías o que no queremos entregar a nadie a la justicia? –Preguntó Rot.

No se preocupen… todos los habitantes de la ciudad han pasado por esta habitación, y los que han entrado y he descubierto su plan, jamás volvieron a cruzar esa puerta. –Dijo Garfem dejando su espada a un lado para tomar y desenfundar la daga de Clem. –Es una buena daga chico… no sé si tan buena como liviana, pero tiene un buen filo. –Continuó hablando mientras se la entregaba en la mano. –No dudes en usarla, pues aquí nadie dudará en hacer lo mismo por obtener mercancía fresca... Kah! –Gritó y al momento entró un hombre de mediana estatura, delgado y de pelo claro por la puerta. Los tres notaron al momento la ausencia de la oreja derecha del hombre… sepa alguien cómo la perdió.

Si, señor Garfem? –Dijo Kah.

Lleva a nuestros invitados hasta sus pertenencias. De ahí en adelante será responsabilidad de ellos cuidarse. –Ordenó Garfem.

Como desee, señor Garfem… -Contestó el rufián en tono burlesco haciendo una pronunciada reverencia y sonriendo dejando en evidencia su despoblada boca.

Los cuatro salieron de la habitación por la misma puerta por la que entraron. Kah los dirigió hasta donde estaba Cuescos atado a un tronco parado sobre una gruesa capa de barro. Todos los miraban nuevamente como si fueran carne fresca para comer. Sólo un susurro colectivo evitaba que el silencio se apoderara del pueblo. Fao sintió un miedo enorme y se aferró al brazo de Clem, no había manera de que ella se pudiera defender sin utilizar una esfera de lanz.

Ahí está su corcel, señorita… -Dijo Kah acercándose a Fao a una distancia bastante estrecha.

Clem la jaló hacia atrás suyo quedando él entre el tipo y Fao, y poniendo la punta de su daga en el vientre de Kah.

Ni te le acerques, imbécil. –Le dijo Clem en tono amenazador, mientras Rot apuntaba a la cabeza del delgado tipo con su dedo índice.

Crees que puedes igualarme con las dagas?? Vamos… dame tu mejor golpe niño!! –Dijo Kah mientras sacaba un estilete de tamaño mediano de una de sus botas.

No había terminado retroceder un paso y ponerse en posición de pelea cuando por detrás de él apareció un hombre, no tan grande, pero igual de imponente que Garfem. Su cara no se veía, pues iba tapado con una capucha. De su cintura colgaba una espada larga.

El hombre tomó a Kah de la nuca, lo levantó y lo lanzó hacia su izquierda con una fuerza descomunal. Al tiempo que el tipo caía, el misterioso hombre desenfundó su espada y para cuando Kah había dejado de rodar por el suelo, ya estaba siendo apuntado por una aguzada espada de la guardia real.

Vete! estos son míos… –Dijo el encapuchado mientras el derrotado se levantaba maldiciendo a quien lo había derrotado y escupiendo al suelo mientras el otro enfundaba su espada. –Síganme –Dijo el hombre caminando hacia Cuescos y comenzando a desatarlo.

Déjalo ahí!! Es mío!! –Gritó Clem corriendo hacia el tipo dispuesto a enterrar su daga lo más profundo posible en su espalda.

El encapuchado escuchó el chapoteo en el barro y de inmediato se volteó poniendo la planta de su bota en el pecho de Clem y pateándolo lo suficientemente fuerte como para botarlo al barro.

No recuerdas acaso cuando eras niño y te dije que no lucharas a menos de que tuvieras la victoria asegurada?? –Dijo el tipo volteándose y dándoles la cara mientras se quitaba la capucha, pero solo Clem y Fao reconocieron las facciones. –Todavía me debes una explicación, y espero que tengas una lo suficientemente buena como para explicar por qué vas de ciudad en ciudad junto con un ser alado –Dijo mirando a Fao.

Clem soltó el aire y sintió un alivio enorme. Era Bhorad.

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Espero que lo hayan disfrutado... puse mucho tiempo en este capitulo y todas mis ganas en que saliera lo mejor posible...

porfavor recuerden que, si vieron algún error me tienen que avisar para repararlo, vale?

no se pierdan... el capitulo siguiente si que viene brigido >.<

Gracias por leer

See ya

Lothar_Daisuke

10 comentarios:

Narkito dijo...

Woooooooooooooooooooooo!!! El hermano de Clem?! Que loco!! Casi morí!!

ME gustó este cap, fácil de leer, fácil de llevar, en algunas partes intrigante... me causó mucha gracia la influencia del animé en la parte que Fao se cambia de ropa.. no pude evitar imaginarme la escena en chibis ^____^ Loco, loco, loco.

Garfem al final no era tan rudo.. de hecho, era muy nena!! No se puede esconder así de una niña, por muy ser alado que sea ¬¬.

Buena Lothar, espero el próximo cap!! A la mierda los estudios, siga escribiendo (bromas nada más, yo sé que usted tiene bien puestas sus prioridades)


Errores que vi:

"Le dijo en voz baja le dijo Fao a Clem mientas"

"Déjalo!!! –Gritó Fao y Lugo calló evitando mirarlo."

"Pues bien, su así fuese, "

"para explicar por qué de ciudad en ciudad junto con un ser alado" En esta oración me tinca que faltó algo ó_ò


Cariños! Pronto actualizaré Korsakov, te aviso, como siempre.

Anónimo dijo...

Wena loko... bkn que terminast el capitulo... vengo saliendo de ingles... weno... lo voy a leer... nos vemo mañana...

see u later!

shauuu-....

Lothar_Daisuke dijo...

Narkito... siento matarte la magia, pero el hermano de Clem se llamaba Thane... Bhorad es el amigo de su hermano que los ayudó a escapar de carmesí, recuerdas?? capitulo 4.

que bueno que te haya gustado... la escena de cuando se cambia ropa, de hecho me recordó a una de la pelicula "el quinto elemento", en la que leeloo hace lo mismo XD.

Jodete!! Garfem es brigido! ¬¬.

Gracias por los errores... ya los arreglo ^^.

2.- Oskariño: hooho... ke wena.. leelo y después me dices que te pareció, vale? nos vemos el martes.

Gracias por leer ^^

Lothar_Daisuke

Anónimo dijo...

Yap lo lei... esta re weno pos... todo se desarrollo en poko tiempo... muxas cosas!!! quede ma intrigao que la xuxa...
la dura que pa mi es una historia que deberia seguir y seguir... (creo que ya t lo habia comentado...) ahora esperar el prox capitulo... pense que t ibas a referir a el malo que quiere muerto a Casiel... pero nop :S ... se viene brigido y muy weno el prox... (no lo tomes kmo 1 presion... jauajaujauajua) ya loko... nos vemo mañana en clase... take care... bye!

Lothar_Daisuke dijo...

bueno oskariño, ke wena kete haya gustado...con respecto al malo, no quiere muerto solo a Casiel... lo quiere muerto todo!! jajajaXD

el próximo capitulo, de hecho, se vuene brigio... y ni se imaginan lo queles tengo preparado, MWAAAHAHHAA <-- (risa malvada).

nos vemos en clases.

See ya

Lothar_Daisuke

Rizs dijo...

hola!!!
esta genial este capitulo :)
ya quiero leer el siguiente..
y como lo prometi eh llegado de la escuela y leido el nuebo capitulo..
bueno suerte y y continua escribiendo asi :)

Narkito dijo...

Uta!! Yo y mis lagunas mentales!!!

XD

En cualquier caso fue un capítulo brígido... y bueno ya, Garfem y es bien brigido..(pero así como bien pa' dentro)

Cariños.

Cuando se vienen el proximo chap?

Anónimo dijo...

uhhhhh
jose!! ah me ekivoke joze !!
ai siii jajaj jose miguel !! x::xX
jajaj un mono nuevo viteh !!
uhh si empece a leerlo pero la cami me dijo tengo sueño me kero ir acostar y le dije bueno
ahhh si como eri tan maloooo =)
ahh amigooo !!
si igual te kero tambem

un gran abracitoo
ya??
lo voi a leer
pero ahora noo
hace sueñoooooooooooooo


es medio incoherente estoo
peroo tu caxai pk ¬¬



xaus!
anda acostarte

uhh yo kero comida XD


besos!


un gran abrazoo

xaus


ahhh mejor soi anonimooo



DERE
Derecita

Narkito dijo...

Estimado, Korsakov actualizado ;)

Anónimo dijo...

wooo muy wena perro, ta entretenida la historia, por un momento pensé q la guardia real ya había encontrado a clem, uuhh brigido.
hay harta espectativa respecto a lo q sigue en la historia, sigamos = jejeje

ya perro
nos vemos


pd: mira la fotos q envie al mail, ahi ta la de la mano del poder jajajaja